viernes, 27 de junio de 2008

El sistema judicial español. Diagnóstico: metástasis

El 29 de Abril apareció publicado en el Diario "La Opinión", de Granada, un artículo de mi amigo y abogado Gabriel Rubio Prats, comentando las declaraciones del Presidente del TSJ de Andalucía, Méndez de Lugo, criticando el funcionamiento de la Justicia en España.
Os copio el artículo, que me parece valiente, certero y hasta necesario.... ¿qué opináis?


EL SISTEMA JUDICIAL ESPAÑOL. DIAGNOSTICO: METÁSTASIS

Lo ha dicho el Presidente del TSJA, más fino que lo dijo Pacheco que tenía menos estudios: El sistema judicial actual, pensado para otros tiempos, no sirve ahora. Pacheco, “er de Jerez”, lo dijo con mas gracia y lo procesaron. La retahíla de errores judiciales y desgracias personales que ocasionan, son noticia cada día. La abogacía española, a través de sus distintos órganos y foros, viene denunciando esta situación desde hace años. El Ilmo. Sr. Méndez de Lugo no ha descubierto la pólvora, desde luego, pero es de agradecer que desde su atalaya lance un S.O.S.: Esto ni se sostiene, ni funciona ni sirve ya.

La situación de atasco, de ineficacia y de inseguridad para el que pretenda reclamar justicia favorece al incumplidor de la ley, al moroso, al corrupto y al trápala. Los abogados, y cuantas más canas con más ganas, siempre hemos promovido el acuerdo como forma de solventar el conflicto entre las partes. Lógicamente acuerdos justos, con base en el examen de los derechos y deberes que a cada una de las partes en litigio otorga la ley. Lo que abomina a la Justicia es que la promoción del acuerdo tenga su fundamento en la ineficacia del sistema judicial, y que ello obligue a ceder, renunciando a lo que la ley otorga, porque esté en duda cuándo, cómo y en qué forma algún día te darán lo que legalmente te corresponde.

No es admisible que en un Estado de Derecho el Poder Judicial, árbitro de los otros poderes, lleve entretenido demasiado tiempo en disputas sobre número y color de las alineaciones de sus máximos órganos de control jurisdicicional y de fiscalización del propio sistema: Tribunal Constitucional y Consejo General del Poder Judicial. El dogma de la separación de poderes se tambalea.

Mientras tal discusión se produce, todo lo demás sigue igual. Y prudente ha sido el Presidente del TSJA. Y de los jueces y fiscales sustitutos, licenciados en derecho inscritos en una lista, a falta de Jueces Titulares, ¿hablamos de la calidad de las resoluciones judiciales? Y de los distintos criterios en la aplicación de la ley en distintas secciones de una misma Audiencia, ¿hablamos de seguridad jurídica, cuando dependiendo de que tu pleito toque en tal o cual sección te dirán con impecables argumentos legales o blanco o negro en un caso idéntico? Y de que la resolución de un pleito contra la Administración se demore hasta diez o doce años, ¿ese es el derecho a la Tutela Judicial Efectiva que proclama nuestra Constitución? Las consecuencias de tal dislate son fatales, en muchos casos. Así están las cosas: Ineficacia, Inseguridad Jurídica, Injusticia.

Pacheco, el dicharachero alcalde de Jerez, dijo un día que se levantó ocurrente, y probablemente porque se sentiría víctima de algún agravio judicial, que La Justicia era un cachondeo. Por Plaza Nueva lo tuvimos que ver, cuando en compañía de su letrado acudió a aclarar que “el palabro” lo decía sin acritud, sin ánimo de agraviar a nadie y en exclusivo uso de su libertad de expresión. Todo eso tuvo que decir, para evitarse un Fallo judicial que lo condenase por bocazas. Sin embargo, los fallos del sistema, desde entonces y hasta hoy, se suceden sin solución de continuidad.

La anécdota de entonces, es hoy asunto de Estado. Porque quien ha dicho lo que ha dicho y como lo ha dicho, no es ni más ni menos que la máxima autoridad judicial de la Comunidad Autónoma Andaluza.

Un pobre hombre un año en la cárcel por error, un agresor sexual convicto, paseando por la calle, ya con irreparables consecuencias para una niña inocente y su familia, mujeres y mas mujeres agredidas o ya cadáveres cuyas denuncias y llamadas de socorro no han servido para nada, delincuentes absueltos porque el retraso hizo prescribir sus delitos... estas noticias, las últimas, son solo la punta del iceberg. Lo preocupante son las excusas de los órganos judiciales relacionados con tales sucesos, cuyo denominador común está siempre en la carga de trabajo y la escasez de medios materiales y humanos para sacarlo adelante.

Señores políticos: Código Rojo, hora de ponerse a trabajar, no podemos permitirnos un País donde no funcione la Justicia, donde no se apliquen correctamente las reglas del juego... al final ganarán los tramposos.

1 comentario:

  1. El gran problema de la Justicia en nuestro país, es que a los políticos nunca les ha interesado que sea un sistema eficiente.
    Sistema que por eficiente, se acerca un poco a esos ideales difusos de justicia, por que la JUSTICIA, así en mayúsculas y en abstracto, como ocurre con otros otras muchos conceptos que definen conceptos absolutos (por ejemplo, Belleza, Pureza, Honradez, Felicidad, etc...) no existe en estado químicamente puro, ya que siempre tiene mezclas o amalgamas de otros elementos, normalmente impuros.
    Digo lo anterior, porque ¿cómo va interesarles a los políticos un sistema eficiente que puede llegar a controlarles a ellos?
    Lo único que se les ocurre es parir normas, reglamentos, reglamentillos, ordenanzas y demás diarreas normativas, creando con esa hiperinflacción legislativa, la contradicción, la oscuridad, el dislate, la confusión, la inseguridad y como colofón, la injusticia.
    Tal vez sea hora de exigir a nuestros legisladores de todo rango un cursillo acelerado de técnica legislativa, que no ha de perder sus principios seculares básicos, tan ajenos a los actualmente en boga, a saber: claridad, simpleza y escasez.
    Pocas normas, pero claras y simples.
    PD.- Por pedir que no quede....

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